El campo de la geografía crítica ha experimentado una creativa explosión en las últimas décadas. La geografía ha pasado de ser una disciplina presuntamente neutra, dedicada a espacializar fenómenos objetivos (los climas, la población, las infraestructuras), a convertirse en un verdadero campo de batalla en la explicación de la producción de las formas de dominio y, concretamente, del capitalismo contemporáneo. En Desarrollo desigual, un clásico en su campo, Neil Smith ofrece la primera teoría completa del desarrollo geográfico desigual, entrelazando teorías del espacio y lo que llama «producción de la naturaleza» con una crítica del desarrollo capitalista. Con sus análisis pioneros, el trabajo de Smith anticipó muchos de los contornos desiguales que ahora marcan la globalización neoliberal.
Principal compañero de David Harvey (quien a su vez prologa este libro) en la reelaboración crítica de los estudios sobre el espacio, Neil Smith se ha convertido en una referencia obligada para cualquiera que esté interesado en entender las geografías contemporáneas del capitalismo. Esta tercera edición de Desarrollo desigual, traducida por primera vez al castellano, incluye un epílogo que actualiza su análisis en el marco de la reciente crisis de la globalización neoliberal.
Común, procomún, comunes, comunales... las denominaciones varían, pero todas ellas apuntan a formas de propiedad, uso y aprovechamiento de los recursos, la vida y el planeta que no pasan ni por la mercancía ni por el Estado. En este libro, Silvia Federici explora la noción de lo común. Nos dirige la mirada hacia la gran expropiación, todavía en curso, que supone la inacabable imposición del capitalismo. Los comunes, las formas de organización comunitaria de los ecosistemas humanos, existen desde que se formaran las primeras sociedades. Y los comunes han sido el objeto prioritario de sucesivas rondas de rapiña y cercamiento capitalista, que todavía hoy persisten sobre la tierra, el cuerpo, la vida y el conocimiento, especialmente cuando estas materias se dicen en femenino.
Federici apunta, de este modo, a un futuro posible de emancipación, de organización no patriarcal y no capitalista de la reproducción social, que pasa necesariamente por una ampliación y reinvención de lo común. Como ella misma dice: «El horizonte que nos propone el actual discurso y política de los comunes no consiste en la promesa de un retorno imposible al pasado, sino en la posibilidad de recuperar el poder de decidir colectivamente nuestro destino en esta tierra». Esto es lo que ella llama reencantar el mundo.
El autor (1873-1958), anarquista alemán, de oficio encuadernador y de formación autodidacta, es autor de numerosas obras que abarcan la historia, las biografías, la economía y la política; sus memorias constituyen un monumental repaso a la actividad político-social que desarrolló durante toda su vida. Fue censurado, calumniado, proscrito, denunciado, procesado, encarcelado, deportado y exiliado. Luchó siempre al lado de los explotados, reflexionando sobre las posibilidades de un futuro libertario para la humanidad. Buscó conjugar teoría y acción, adecuando los métodos de actuación con los fines deseados. Fue uno de los promotores de la reconstrucción, en 1922, de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), a la vez que teorizó sobre la trabazón del anarquismo con el sindicalismo. Nacionalismo y cultura es quizá su obra maestra. Escrita a principios de los años 30 del siglo pasado, su manuscrito fue lo único que pudo salvar cuando huyó de los nazis en 1933. En ella desmenuza el pretendido socialismo científico, llegando a la conclusión de que la dialéctica marxista no es otra cosa que la traducción del fatalismo religioso al campo de la economía.
La trayectoria de Juana Rouco Buela coincide con la edad de oro del anarquismo rioplatense de principios del siglo XX. En este sentido, la reedición de su autobiografía, publicada por primera vez por las ediciones Reconstruir en Buenos Aires en 1967, confirma una voluntad de seguir difundiendo la esencia del ideal anarquista "vivido por una mujer", una mujer excepcional, que dejó un testimonio valioso sobre una época que cambió para siempre el imaginario social de las generaciones militantes del anarquismo argentino y mundial. La resonancia de su trayectoria a través de los años nos invita a volver a pensar la novedad de sus planteamientos no solamente en el contexto de la época, sino también en los tiempos más actuales, y a considerarlos como una herencia al servicio de las generaciones ácratas del futuro.
Si el acto violento es entendido como mensaje y los crímenes se perciben orquestados en claro estilo responsorial, nos encontramos con una escena donde los actos de violencia se comportan como una lengua capaz de funcionar eficazmente para los entendidos, los avisados, los que hablan, aun cuando no participen directamente en la acción enunciativa. Es por eso que, cuando un sistema de comunicación con un alfabeto violento se instala, es muy difícil desinstalarlo, eliminarlo. La violencia constituida y cristalizada en forma de sistema de comunicación se transforma en un lenguaje estable y pasa a comportarse con el casi-automatismo de cualquier idioma.
Rita segato nos presenta en este texto una hipótesis respecto de este preciso problema: la violencia expresiva. A diferencia de la "violencia instrumental", necesaria en la búsqueda de un cierto fin, la violencia expresiva engloba y concierne a unas relaciones determinadas y comprensibles entre los cuerpos, entre las personas, entre las fuerzas sociales de un territorio. Es una violencia que produce reglas implícitas, a través de las cuales circulan consignas de poder no legales, no evidentes, pero sí efectivas.
El debate sobre la prostitución está mediáticamente copado por posturas simplistas y criminalizantes que, desde un punto de vista moralista, puritano y excluyente, niegan la palabra a las trabajadoras sexuales y, por lo tanto, impiden cualquier debate que atienda a las complejidades materiales y sociales que atraviesan esta cuestión. En este contexto, este libro resulta doblemente necesario. Justificaría su valor el que lo hayan escrito trabajadoras sexuales y que se base en la labor militante y en la experiencia de los colectivos de trabajadoras sexuales de todo el mundo. Pero su mayor virtud reside en que nunca pierde de vista el eje y la meta sobre la que deben articularse todas las políticas y las discusiones sobre la prostitución: las vidas, los derechos y el bienestar de las personas que se dedican al trabajo sexual.
En este sentido, hablar desde la defensa de la vida y el bienestar de las personas que se dedican al trabajo sexual supone hablar de las realidades que conforman su existencia: sexo, trabajo, pobreza, migración, fronteras, racismo, sexismo, transfobia, así como de las consecuencias que cada uno de los modelos de regulación legal de la prostitución tienen para su supervivencia y su seguridad. Por esta perspectiva poliédrica, compleja y a partir de la experiencia militante, Putas insolentes es seguramente la mejor aproximación a la controvertida cuestión del trabajo sexual publicada en castellano.
Juno Mac y Molly Smith son trabajadoras sexuales y activistas en el Sex Worker Advocacy and Resistence Movement (SWARM), literalmente Defensa de la Trabajadora Sexual y Movimiento de Resistencia. SWARM lleva años trabajando en el Reino Unido por los derechos de cualquier persona que venda servicios sexuales y por la descriminalización de ese trabajo.
Editamos este texto de 1979 por su vigencia en la crítica y el aporte en el desarrollo de las formas y el contenido de las insurrecciones proletarias, porque si de algo tenemos para aprender es de nuestras derrotas históricas como clase, para poder alguna vez agudizar esta lucha de clases hasta tal punto en que se haga imposible toda vuelta hacia atrás.
"Ni la burguesía como clase ni el capitalismo como sistema son hostiles a la religión, ni si quiera a la iglesia. La burguesía se opuso a la religión en medida en que la religión se interponía en su camino. Contrariamente a los sistemas anteriores, el capitalismo no abarca ningún conjunto de valores de los que dependería y defendería.La pérdida del antiguo papel espiritual principal de la religión en el mundo moderno no ha su desaparición. Lejos de ello: el capitalismo crea más espacio para la religión.
Igualdad de derechos junto a desigualdad social: esas es la definición de la política. La sociedad es plenamente consciente de esta incapacidad de suprimir el antagonismo de clase, así que traslada ese antagonismo a un nivel paralelo supuestamente neutral, donde se reconocen y suavizan los conflictos en la medidad de lo posible por el interés de la continuación del sistema.Democracia significa "gobierno del pueblo" pero lo que se olvida es que la concepción de "pueblo" ya es un intento ideológico por borrar las clases sociales.
"Sobre la miseria en el medio estudiantil considerada bajo sus aspectos económicos, políticos, psicológicos, sexuales y notablemente intelectuales, y sobre como moverse para remediarla" fue luego publicado y difundido por primera vez por la Internacional Situacionista en la universidad francesa de Estrasburgo en 1966. Mucho se ha hablado de la influencia del texto en la lucha del proletariado francés en el hoy espectacularizado Mayo del 68, pero sería estúpido pretender que la subversión del proletariado sea gracias a la iluminación de algún grupo, organización, ideología o texto. Eso es algo que los situacionistas sabían y se encargaron de dejar en claro, y es esta claridad lo que permite la lectura de éste panfleto en el presente sin necesidad de actualizarlo o explicarlo, porque las estructuras y formas que ataca están ahí mismo exudando miseria.
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