El presente opúsculo, narra la historia de una fábrica de la calle Reina Amalia que durante diez y ocho años (1864-1882) fue el paradigma o ejemplo del imperio de la explotación humana y de la ibnseguridad física de quienes trabajaban en ella. Sin embargo y lo más importante de este relato histórico fue la respuesta que, con el apoyo del vecindario, dieron las mujres y hombres que vivieron aquellas situaciones, respuesta que alcanzó al incendio de la fábrica por parte de quienes trabajaban en ella, a pesar de que de ésta salían sus miserables y únicos recursos económico.. Así se cumplia el aforismo de mejor morir de pie que vivir de rodillas.
Dossier punk y hardcore años 80 y 90.Tercer volumen de la colección de dossieres que comenzó hace ya bastantes años con el titulado "Vomitaré y eskupiré punk rock" y que hace menos de dos años tenía su continuidad con una segunda parte titulada "Jarraitzen dugu...vomitando y eskupiendo". Ahora le toca el turno a este tercer volúmen, en donde se continúa con la labor de arqueología punk, rebuscando en revistas, periódicos, fanzines, dominicales, etc, entrevistas y artículos acerca de las bandas de punk, rock radikal, hardcore, etc que jalonaron nuestra escena hace décadas, especialmente en la década de los ochenta y noventa. Interesante observar la forma de pensar de los por aquel entonces jóvenes acerca de temas como la religión, la estética, la violencia, las drogas, el servicio militar, sobre los estílos musicales, sobre la okupación, la liberación animal...Este tercer volúmen incluye más entrevistas en euskera, quizá porque hay bastantes entrevistas a bandas euskaldunes (BAP!, Eskoria-Tza, Txorromorro, Pikutara, Zarama..), si bien el castellano sigue primando. También se ha visto un esfuerzo por buscar recónditas entrevistas y rarezas, de ahí que aparezcan grupos "poco habituales" como los canarios Ataud Vacante, los barceloneses Anarkotics o los valencianos Nocivo. Incluso algunas entrevistas de Eskorbuto que no aparecieron en su día en el conocido dossier-monográfico sobre la banda "Detestable raza humana". También señalar la abundacia de bandas de hardcore (Radikal H.C., Guerrilla Urbana, Andanada 7, Disturbio -los de Iruñea-, Tortura Sistemática, Mierda Radioactiva...)Y por lo demás, un sinfín de bandas de todos los estilos del underground de la época: 37 Ostias, Naste Borraste, La Perrera, Belladona, RIP, Vómito, Anti-Dogmatics, Potrotaino, Siniestro Total, M.C.D, Estupidofacientes, N-634, Zer Bizio?, Anti-Régimen, Comando 9mm., Komando Batikano, Mortaja, Yo soy Julio Cesar, Parabellum...,¡y ya basta, que son mogollón!.
«A duras penas, en la confusión, pudimos acercarnos a La Junquera. La gente, asustada, gritaba: "¡Llegan los fascistas!".»
Para Enric Mèlich, el exilio y la frontera significan vivencias políticas y lucha. Tras cruzar a Francia con catorce años por el paso de Le Perthus, cuando las tropas franquistas ya tomaban Cataluña, Mèlich vivió un exilio intenso, atravesado por la lucha contra el fascismo y por el deseo de ayudar a derrotar el franquismo.
Miembro de la resistencia francesa contra los nazis, Mèlich participó de una red de evasión que trasladaba a resistentes, judíos y otros perseguidos a Andorra; y, posteriormente, ingresó en la compañía Jean Robert del maquis francés. Mientras todavía se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, en octubre de 1944, tomó parte en la catastrófica invasión de la Vall d’Aran, organizada por la UNE, liderada por el PCE, que acabó con la muerte de 129 guerrilleros y otros cientos de heridos, detenidos y condenados a muerte. Mèlich salvó el pellejo, volvió a las filas de la resistencia y, finalizada la guerra, rechazó entrar en el Ejército francés.
A partir de entonces, Mèlich centraría su actividad en la lucha clandestina contra el franquismo, pasando a personas y publicaciones a través de la frontera; militando en las Juventudes Libertarias y participando en las actividades de Defensa Interior (DI), la organización del movimiento libertario para la lucha armada contra el franquismo.
Distribuidor de la mítica editorial Ruedo Ibérico y librero, la vida de Enric Mèlich, que hoy sigue manteniendo una inquietud y una actividad intelectual incesantes, es el testimonio de una parte del exilio que no se resignó ni se instaló en la nostalgia.
En pocos decenios, el deporte se ha convertido en una potencia mundial ineludible, la nueva y verdadera religión del siglo XXI. Su liturgia singular moviliza al mismo tiempo y en todo el mundo a inmensas masas agolpadas en los estadios o congregadas ante las pantallas de todo tipo y tamaño que los aficionados visualizan de manera compulsiva. Estas masas gregarias, obedientes, muchas veces violentas, movidas por pulsiones chovinistas, a veces xenófobas o racistas, están sedientas de competiciones deportivas y reaccionan eufóricas a las victorias o a los nuevos récords, mientras permanecen indiferentes a las luchas sociales y políticas, sobre todo la gente joven.
La propia organización de un deporte de alcance planetario, fundamentado en un orden piramidal opaco, se ha erigido y consolidado como un modo de producción y reproducción socioeconómico que lo invade todo. El deporte, convertido ya en espectáculo total, se afirma como el medio de comunicación exclusivo, capaz de estructurar en toda su profundidad el día a día de millones de personas, desde la fisonomía de las ciudades, hasta los ritmos de trabajo y la estructuración del tiempo libre.
El nuevo récord, la mejora del rendimiento, el sometimiento del cuerpo por encima de los límites humanos, se convierte en la base del espectáculo, en su única motivación, en el fin que lo justifica todo, por lo que el dopaje y las intervenciones-agresiones en el cuerpo del atleta se han convertido en la normalidad de un deporte que juega al escondite con los controles antidoping, mientras los deportistas se lanzan a una carrera alcocada contra su propia vida.
Apisonadora aniquiladora de la Modernidad decadente, el deporte-espectáculo lamina todo a su paso y deviene el proyecto de una sociedad sin proyecto.
En la actualidad, nuestras sociedades viven y se reproducen bajo un modo "cultural", al igual que tiempo atrás en el siglo XIX, lo hacían basándose en un modo político. En ese momento la vida política se actualizaba en función de un modelo en el que siempre era necesario designar un adversario, un modelo de división: por el contrario, el modo cultural se ajusta a un ideal basado en la integración, en un paradigma consensualista.
Más que profetizar constantemente acerca del motivo inagotable de la \cultura en peligro´, lo que nos planteamos es saber qué es eso que hoy en día nuestro tiempo llama "cultura", en tanto que forma de agregación y medio de gobierno; en otras palabras, lo importante es interrogarse sobre lo que implica la eficiencia cultural en un tiempo en el que lamentarse por el "debilitamiento de lo político" se ha convertido en una de las cosas más convencionales.
La democracia cultural prolonga y concluye la operación de desinterés por el dominio político emprendida por la democracia representativa [...] el tiempo de la "demoracia cultural" es aquel en el que [,,,] todo será susceptible de ser político en el sentido mismo en que ya nada lo será verdaderamente, es decir un tiempo en el que la política habrá sido desplazada a la zona del régimen cultural general de la vida.
"La hoja áKRAta", era el órgano de expresión y difusión del "Kolectivo de Resistencia Antiautoritaria", más tarde "Kolectivo Revolucionario Anarquista". El K.R.A. fue un colectivo anarquista y autónomo de Madrid que se movía por los barrios de Campamento, Paseo de Extremadura, Lucero, Batán y Aluche, integrado desde el principio de su formación en la Coordinadora de colectivos "Lucha autónoma".Del boletín "La hoja áKRAta" salieron 19 números, sacados entre octubre de 1996 y enero-febrero del 2000. Empezaron con una tirada de 1.500 ejemplares para terminar sacando 5.000 en su último número.Cada vez que el boletín veía la luz, desde la distancia entre barrios, era recibido con alegría e interés, y con complicidad con lo que allí se exponía. No tenían pelos en la lengua, eran anarquistas y autónomas, no debían nada a nadie. Escribían con el lenguaje de la calle: claro, sencillo, al grano y con contundencia (e incluso con un afilado e irónico buen humor). En estas páginas se recoge la mayor parte de lo que "La Hoja Akrata" publicó (se han desechado algunas cosas por el gran volumen de todo lo publicado), pero en todo caso se ha realizado una selección de los artículos que mejor reflejan los acontecimientos más importantes acaecidos durante los casi cuatro años que duró la andadura de la publicación, así como numerosos artículos de opinión, críticos y combativos.Imprescindible para conocer la época en la que transcurre su trayectoria, y sobre todo para darnos cuenta de que lo que exponen sigue igual de vigente hoy, como hace más de 15 años.El colectivo "Contrahistoria", editor de la resvista de mismo nombre, se encarga de introducir este libro, situándonos en el contexto de una época donde la calle era el eje principal de la lucha contra el estado y todas sus estructuras dominantes, en las que en los barrios de las ciudades la contrainformación y la acción directa, la reapropiación de nuestras vidas, eran armas básicas de la resistencia antiautoritaria.
Presentado en rústica con tapa dura de papel serigrafiado, este libro nos narra una de las experiencias libertarias actuales más potentes y, a la vez, más desconocidas.
La Federación de Anarquistas de Gran Canaria es una organización que, en su corta vida, ha conseguido la okupación de inmuebles más grande del Estado Español y revolucionar conciencias pidiendo, entre otras cosas, que el anarquismo salga del ghetto y vuelva a la calle.
En un lustro este movimiento ha frenado innumerables deshaucios, ha realojado a más de mil personas en docenas y docenas de okupaciones, han sufrido la represión constante y han pagado el precio de ser rebeldes. Aún así afirman que todavía les "sabe a poco".
"Siéndo honestas, nuestra estrategia, tan definida sobre todo vista desde fuera, se va conformando con los hechos, con la realidad, con lo vívido; a base de golpes, palos, heridas y decepciones. Planificamos metas, pero hemo de improvisar las formas de llegar siguiendo el latido de las circunstancias, los biorritmos de la calle "
De forma horizontal y autogestionaria nace en 2013 la Comunidad la Esperanza, el proyecto de okupación más grande del Eastado, con 73 familias sin recursos (unas 260 personas, de las cuales 160 son niños). Hoy están en riesgo de desalojo.
Esta es una de las experiencias más destacadas de la Federación Anarquista de Gran Canaria, una maravillosa sorpresa para al anarquismo y la lucha social de nuestros días.Con la mirada clara, con humildad y mucho trabajo dibujan ideas y hechos que nos devuelven la esperanza.Este volumen incluye una selección de sus artículos y tuits que nos animan a la reflexión y la acción.
El Proyecto A es una iniciativa revolucionaria con el objetivo de "reconquistar la cotidianeidad en un barrio o una ciudad mediante un modelo de anarquía vivida a través del ejemplo". Aqullos planteamientos se materializan a partir de 1989 en Neustadt, ciudad del sureste de Alemania, a través del grupo impulsor WESPE.
Stowasser bebe de las propuestas de Boockchin y el municipalismo libertario, basado en la creación de comunidades de acuerdo a una ética de compartir y cooperar, cortando la dependencia con las élites; posteriormente se unirán en confederaciones que podrán convertirse en un desafío al capitalismo del Estado-nación.
Aunque el proyecto, después de casi tres décadas, se ha abandonado, Stowasser plantea de forma alegre, clara y pragmática las bases de una posible sociedad libertaria; o como mínimo de transición para llegar al municipalismo libertario que hoy vemos florecer en el Kurdistán sirio.
El libro incluye también dos entrevistas: la que concedió a las compañeras de "A Las Barricadas" cuando visitó Barcelona en 2007 y otra realizada a la revista "Catalunya" en 2008.
Como este valioso compañero falleció en 2009, se incluye un obituario del mismo en esta edición.
Presentación muy elegante con tapa dura forrada de tela serigrafiada.
«Pan, libertad y justicia social.» Con este lema, miles de egipcios rompieron con el miedo en enero de 2011 y se lanzaron a las calles. Lo hicieron para reclamar la caída del dictador Mubarak y, con él, la caída del régimen político y económico que lo mantuvo en el poder durante más de treinta años. Tres décadas caracterizadas por políticas despóticas y represoras, centradas en consolidar un modelo de libre mercado aplaudido internacionalmente, mientras se contenía a la oposición, mientras se silenciaba toda voz crítica y, sobre todo, mientras más del 40% de la población vivía bajo el umbral de la pobreza. Todo en aras de la estabilidad regional, la lucha contra el fantasma islamista y las políticas de liberalización.
Pero la caída del rais no significó la caída de sus políticas. Militares e islamistas unieron sus fuerzas para transformar el ímpetu de la calle en un proceso de transición reformista que adormeciera las exigencias de cambio social. Dos años y medio después, este pacto fracasa y sumerge de nuevo al país en la misma dicotomía en la que ha vivido en la última mitad de siglo: la de los Hermanos Musulmanes contra las fuerzas militares o viceversa.
Ésta es la historia de una revolución que ni comenzó en Tahrir ni ha acabado con la marcha de Mubarak o la caída de Mursi; de un viaje que se adentra en las entrañas de la sociedad y la política del valle del Nilo: desde las mezquitas de Imbaba hasta los clubs militares de Zamalek; desde el palacio de Etehadeya hasta las barracas de Boulak Dakrour o las fábricas de Mahala. Es la historia de la lucha por hacerse con el control de la barricada.
La oleada de protestas que recorrió los países del Sur contra la subida vertiginosa del precio de los alimentos durante los años 2006-2008 dio visibilidad a un fenómeno que hacía años que se venía incubando y que no ha hecho más que agravarse en los últimos años: el de la escasez y encarecimiento de alimentos. El endeudamiento en el que habían incurrido muchos países del Sur Global les había impedido defenderse de las políticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que habían supuesto la supresión de las ayudas a la agricultura local, el recorte salvaje de todo el ámbito público (salud, educación...), la sustitución de la agricultura tradicional por la agricultura industrial para la exportación y la apertura incondicional de fronteras a inversiones y productos exteriores. Estas políticas nefastas no sólo no sirvieron para pagar la deuda, sino que han destrozado las estructuras económicas locales y han sumido en el hambre y la miseria a Estados antaño exportadores de alimentos, y ahora obligados a endeudarse aún más con la importación de alimentos.
Por otro lado, el previsible agotamiento de los combustibles fósiles ha llevado a las grandes potencias a apostar por la producción de agrocombustibles como alternativa, lo que está provocando una sustitución masiva de tierras de cultivo de alimentos por tierras dedicadas a cultivos energéticos, además de la roturación de ingentes masas de bosques vírgenes para este fin. Esto ha causado una fuerte presión sobre los precios de los alimentos, que se ha visto agravada por un nuevo fenómeno: la crisis de las hipotecas basura, que ha provocado que los especuladores financieros privados y públicos hayan encontrado nuevos valores refugio en la especulación con los alimentos y el acaparamiento de tierras.
Las experiencias que el activista e investigador Walden Bello analiza en su libro (México, África, las Filipinas y China) son muy ilustrativas del desarrollo de una crisis alimentaria (ecológica y humanitaria) que se ve agravada por nuevos frentes en una «guerra por los alimentos» que no parece conocer límites.
«Los argumentos fundamentados éticamente de Walden Bello en favor de la soberanía alimentaria, la desglobalización y que se escuche al campesinado son una lectura indispensable», Annette Desmarais, La Vía Campesina.
«En todos los países importantes de Europa [...], redujeron los servicios sociales e intentaron romper la resistencia de los sindicatos mediante el ajuste salarial. Invariablemente, la moneda estaba amenazada y, con la misma regularidad, se atribuía la responsabilidad de ello a los salarios demasiado elevados y a los presupuestos desequilibrados.»
Esta descripción, aplicable a la crisis sistémica con la que se abre nuestro siglo XXI, se refiere a las décadas de 1920 y 1930, en vísperas de la expansión nazi y fascista que asolaría Europa. En este clásico de la historia antropológica, económica y política, Karl Polanyi considera la emergencia del fascismo como un momento autoritario del «capitalismo liberal para llevar a cabo una reforma de la economía de mercado, realizada al precio de la extirpación de todas las instituciones democráticas».
La gran transformación relata la paulatina expansión e imposición de la utopía del libre mercado que, desde finales del siglo XVIII, mercantilizó figuras como el trabajo -el esfuerzo de las personas-, la tierra -la naturaleza- y el dinero, hasta entonces no sometidas a la ley de la oferta y la demanda. Para Polanyi, en la sociedad de mercado, la principal misión del Estado es mercantilizar el máximo de ámbitos de la vida y la naturaleza para alimentar el mercado.
Una lectura imprescindible para entender los endiablados mecanismos del absolutismo económico que caracterizan el tiempo y el sistema en que habitamos.
«El dron fascina y aterroriza a partes iguales por la innegable ventaja que confiere a quienes pueden recurrir a su poder de muerte.» Entronizado como adalid de una supuesta «guerra limpia y quirúrgica», exaltado en la lógica neoliberal por sus posibilidades mercantiles o, en el extremo opuesto, representante de una supuesta maldad tecnológica, el dron es hoy un objeto sacralizado.
Pero, en su desnudez, se trata de «versiones perfeccionadas de los viejos aviones teledirigidos», y su interés real reside en su papel en las lógicas de la guerra mundial contra el terror o en la renovación del monopolio de la violencia estatal, bélica y sistémica. El dron es parte y consecuencia de un proyecto de dominación política global, que lo condiciona de raíz.
Este libro desmonta numerosos tópicos. Su supuesta similitud con un videojuego queda en entredicho por los niveles de estrés postraumático que se dan entre los operadores de aviones no tripulados, superiores a los de las tropas en el campo de batalla. Su uso como complemento de operaciones antidisturbios en conflictos urbanos cuestiona la supuesta inocuidad de la violencia dron en los países occidentales. Son sólo dos ejemplos de cómo este artefacto no aleja la guerra sino que la acerca más si cabe a nuestras vidas.
Los representantes de las grandes corporaciones y de las industrias culturales hablan del modelo comercial, que durante el último siglo ha hegemonizado las formas de producción intelectual y creación cultural, como si se tratara de un ecosistema cerrado que habría llegado a nuestros días de forma armónica y desconflictivizada. Según esta lectura, ese supuesto orden natural, basado en los títulos de propiedad sobre obras fruto de procesos creativos y de investigación, se vería hoy amenazado por la irrupción de internet y de la cultura de la descarga y el intercambio asociada a ésta.Pero, como muestra este libro, éste ha sido siempre un terreno de conflicto que afecta a bienes comunes en campos tan diversos como la ciencia, la agricultura, la producción artística o la cultura popular. La historia del copyright y de los derechos de autor está estrechamente asociada a los procesos de desposesión, apropiación, privatización y comercialización del conocimiento y la cultura, que han afectado tanto a la sabiduría ancestral de comunidades indígenas como a quienes han dedicado su vida a la creación. El interés por la explotación comercial de los saberes ha estado en tensión permanente con el dominio público, el acceso abierto al conocimiento y, en última instancia, con los modelos de cooperación no basados en la competencia.
Esta lucha entre lo común y su privatización se encuentra hoy ante una crisis de modelo, consecuencia de diferentes factores: el paso a un segundo plano de la copia física; la construcción de estructuras de intercambio no basadas en la compra-venta; la disolución de los viejos roles comerciales en un terreno en el que un mismo sujeto puede crear, producir, distribuir o consumir; o la constitución de «empresas del procomún» que sitúan el conocimiento entre los bienes comunes y cuestionan el concepto mismo de propiedad intelectual. Realidades que también intentan captar y de las que se intentan apropiar los aparatos industriales pero que, en cualquier caso, dibujan un nuevo terreno de juego y de conflicto.
Autores:-Rubén Martínez Moreno: miembro de la Plataforma de Investigación e Innovación Cultural ZZZINC, del Observatorio Metropolitano de Barcelona, y Profesor de la UOC. Sus textos pueden leerse en www.leyseca.net-Jaron Rowan: forma parte del Free Culture Forum y es tutor y lector del curso MA in Culture Industry de Goldsmiths University of London. Sus textos pueden leerse en www.demasiadosuperavit.net-Igor Sádaba: profesor de la UCM, es miembro del grupo Cultura Digital y Movimientos Sociales Cibersomosaguas.-Mario Domínguez. Profesor de Teoría Sociológica Contemporánea, ha colaborado en las obra colectiva Innovación tecnológica y sociedad de masas (Síntesis, 1997).-ZEMOS98 comenzó en 1999 como un festival audiovisual en Viso del Alcor (Sevilla), y hoy es un laboratorio decreación y reflexión colectiva con especial atención al impacto y el uso de las herramientas en la cultura digital y que lleva más de 15 ediciones.
A pesar de que muchos lo habían relegado al museo de la historia, el anarquismo muestra hoy en día una pujante vitalidad, que se hace presente de múltiples maneras a lo largo y ancho del planeta. Este vigor se explica por el hecho de que, siendo refractario al estancamiento y a la simple repetición, el pensamiento libertario ha sabido abrirse a su propia renovación.En un mundo huérfano de ideas transformadoras, el anarquismo ha contribuido a revalorizar el pensamiento utópico, impregnando las prácticas y las ideas de muchas luchas no explícitamente anarquistas. La vitalitad del anarquismo y su propia posibilidad de ser y continuar siendo depende precisamente de esa capacidad de transformarse en y desde la acción, de aunar ideas y práctica en la construcción de una realidad actual, no dejando para mañana lo que puede ser hoy y, por lo tanto, no prometiendo futuros mejores a costa de sacrificar el presente.En la presente obra el autor nos invita a descubrir las razones y las nuevas modalidades de este resurgimiento, que se manifiesta especialmente en el neoanarquismo y el postanarquismo.
Tomás Ibáñez Gracia (Zaragoza, 1944) durante los años sesenta participó desde París en el movimientoanarquista francés y en la lucha antifranquista. Miembro de la Comisión de Relaciones de la FIJL entre enerode 1966 y abril de 1969, fue desterrado de París y asignado a vigilancia en una remota región francesa trasparticipar en los hechos de Mayo del 68. Regresó a Barcelona en 1973 y, ya muerto Franco, se involucró en elresurgir de la CNT y del movimiento libertario. Tras el V Congreso abandonó la militancia anarcosindicalistahasta el año 2000 en que se afilió a CGT. Cofundador de Archipiélago, actualmente escribe para revistas libertariasde diversos países. Es autor de ¿Por qué A? Fragmentos dispersos para un anarquismo sin dogmas (2006),Poder y Libertad (1982), Municiones para disidentes (2001) o Contra la Dominación (2005).
En un extremo de la Tierra Conocida, una joven de clase alta que sufre inexplicables conmociones tiene que afrontar una desgarradora pérdida en su deseo de abandonar un modo de vida que considera injusto. Muy lejos, tres humanos y un elfo emprenderán su viaje a una tierra donde los mercaderes controlan todos los recursos, mientras los magos norteños vagan ocultos en la sombra, acechándolos.
Los campesinos son tratados como esclavos; su esfuerzo beneficia a los que más tienen. Solo se puede confiar en que sea el propio pueblo quien despierte de su sometimiento. Pero ¿estará dispuesto a pagar el precio?
Si bien "Un pueblo perdido" es el segundo volumen de la saga "Relatos de Mirthad", es en realidad el comienzo de otra trama, puesto que el primer libro cierra una historia.
La mano delicada del pintor que adivina más allá de lo que vemos. La mano del poeta que escribe del árbol de la vida, anunciando que no estamos separados, que somos un bosque, de diferentes texturas y colores, que se escucha sin embargo en la distancia y se sabe vivo porque la voz del otro le nombra.
Más de setenta poemas, acompañados de vibrantes ilustraciones. Federico García Lorca, Pablo Neruda, Wislawa Szymborska, Rafael Alberti, Camilo José Cela, Gioconda Belli, Fernando Pessoa, Walt Whitman y muchos más.
La selección a corrido a cargo de Ignacio Abella y cada una de las ilustraciones ) que aparecen a todo color y a toda página con cada uno de los poemas escogídos) son obra de Letícia Ruifernández.
Presentado en formato ámplio de 17x28 cm con presentación en tapa dura y a todo color.
Lewis Mumford señala que en la tradición china se solía desear a los enemigos que les tocase vivir «tiempos interesantes». Era una forma de condenarlos a la turbulencia, los cambios violentos y el desequilibrio. Corría la década de 1950, y Mumford afirmaba que, sin duda, los tiempos que les había tocado vivir eran «tiempos interesantes». Con ello se refería a que la mecanización daba lugar a una reducción inédita de las capacidades humanas para crear y modificar sus condiciones de existencia, extendiendo al mismo tiempo la escasez y la hambruna, las guerras y el culto a los regímenes totalitarios.Nuestros tiempos puede que sean incluso más «interesantes». La culminación de la sociedad tecnológica parece haber agotado los intentos por frenar el proceso de automatización. El precio del progreso mecánico es que el ser humano abandone el núcleo fundamental de su existencia, y lanzado a toda velocidad, pierda de vista las señales de peligro. En la progresión ascendente de nuestra complejidad técnica es esa misma inercia la que nos sigue arrastrando. Todas las prótesis tecnológicas que adquirimos para no tener que tomar decisiones nos hacen más vulnerables y nos someten más al criterio de la máquina.Lo que Langdon Winner llamara «sonambulismo tecnológico» expresa muy bien esta sensación de estar marchando con el piloto automático. Pero mientras nuestro cuerpo se sigue adentrando en el entramado tecnológico, nuestra mente sigue pensando en términos religiosos, y por ello asistimos a la creación de una nueva fe, con su iconografía, sus mártires y sus santos. De modo que aquellos dispuestos a renunciar a «las ventajas prácticas» para salvaguardar su autonomía han quedado casi reducidos a la condición de una secta herética dentro de la mayoritaria religión tecnófila.Es posible que la plena integración en la megamáquina no sea más que el delirio de unos cuantos que tratan de afianzar así su dominio sobre el resto. Pero entonces la incomodidad y el desasosiego que sentimos serían un último síntoma de salud de aquella parte de la vida que aún se resiste a ser sometida.
Juanma Agulles (Alicante, 1977) es ensayista y escritor. Tras pasar por varios trabajos (como obrero de la construcción, mozo de almacén y operador de emergencias), ejerció fugazmente la docencia, como profesor asociado de sociología, en las universidades de Alicante y Murcia. Actualmente trabaja en un Centro de Acogida para personas sin hogar. Es autor de los libros "Non legor, non legar. Literatura y subversión" (Ed. El Tábano, 2008) y de "Sociología, estatismo y dominación social" (Brulot, 2010). Ha colaborado con publicaciones como, Ekintza Zuzena, Raíces o Hincapié. Forma parte del colectivo editor de la revista Cul de Sac. En Ediciones El Salmón ha publicado "Los límites de la conciencia. Ensayos contra la sociedad tecnológica".
En 1843 H. D. Thoreau escribió una reseña del libro de J. A. Etzler El Paraíso al alcance de todos los Hombres, sin Trabajo, mediante la Energía de la Naturaleza y la Máquina. La reseña suponía una abierta crítica a las utopías tecnológicas que pretendían transformar el mundo entero, con la excusa de conseguir un paraíso de abundancia y felicidad para el ser humano, mediante la aplicación y el desarrollo de las técnicas y la maquinaria industrial.Últimamente asistimos a la reedición de las obras de Thoreau. Sin embargo esta atención editorial es inversamente proporcional al cultivo de la rebeldía y la desobediencia que una lectura consecuente de su obra debiera inspirar. En ella, la experiencia de la naturaleza se convirtió en la defensa de una conciencia que corría el peligro de extraviarse con los avances de la modernización. No se trata en Thoreau, por tanto, de una defensa de la naturaleza como si de un protoecologista se tratase. Más bien nos encontramos ante la resistencia de la conciencia individual a las transformaciones que la economía industrial empezaba a propiciar en el siglo XIX.Hoy vivimos inmersos en la culminación de esa época y en sus desastrosas consecuencias. Las desaforadas utopías tecnológicas ya no sólo pretenden transformar el mundo para ofrecernos un inmenso y artificial Jardín del Edén, sino que, ante la constatación del fracaso de sus intentos, la única respuesta es una nueva vuelta de tuerca en el acondicionamiento tecnológico, que se extiende a cada vez más ámbitos de la existencia. El cultivo de nuestra conciencia y nuestros pensamientos no sólo ha perdido su relación con la naturaleza, sino que puede llegar a ser prescindible en un mundo donde todo lo producido tendrá la marca de «inteligente» para evitarnos el trabajo de serlo nosotros.Quizá sea demasiado pedir que los libros tengan hoy la capacidad de inspirar, siquiera de conmover, a quien los lee. Si con "El paraíso -que merece ser- recobrado" contribuimos, al menos, a ofrecer una oportunidad para el cultivo de cierta rebeldía contra este estado de cosas, nos daremos por satisfechos.
Henry David Thoreau (1817-1862), escritor, poeta y filósofo, nació y vivió en Concord (Massachusetts). Más conocido por su defensa de la Desobediencia civil que por su alegato en favor de la violencia antiesclavista en su Apología del capitán John Brown. Más conocido por haber vivido dos años en una cabaña junto a un lago que por haber declarado la guerra al Estado y por anhelar un gobierno «que no gobierne en absoluto». Caminante, observador, naturalista, explorador de la vida en la frontera en el límite entre la civilización y la naturaleza salvaje, apodado por uno de sus contemporáneos como el «Diógenes yankee», Thoreau puso en cuestión los pilares de la ideología de su tiempo, que también es la nuestra: el progreso, la acumulación, la propiedad, el trabajo y la industrialización, y su advertencia ante la transformación de los seres humanos en las «herramientas de su herramientas» llega hasta nuestros días más viva que nunca.
Aportación a la reconstrucción colectiva de un pasado revolucionario que muchas de nosotras lo sentimos como un referente histórico, de luchas y resistencias, de victorias y derrotas. Ricardo Sanz nos ofrece sus vivencias personales a través de una de las etapas más convulsas de la historia del movimiento obrero revolucionario del Estado español, el primer tercio del siglo XX. Este libro incluye un libreto central con fotografías de los protagonistas en diferentes épocas, así como de algunos de los acontecimientos que se narran.Ricardo Sanz fue un destacado libertario que participó en la CNT y durante la Guerra Civil sustituyó a Durruti al frente de la columna que llevaría su nombre (la famosa "Columna Durruti", posteriormente transformada en la 26 División). Es autor de libros como "Los que fuimos a Madrid", "El sindicalismo y la política" o la novela "Ruta de Titanes".
Lucía Sánchez Saornil y Sara Berenguer Laosa fueron dos militantes anarquistas que les tocó vivir la Guerra Civil Española. Ambas pertenecieron a diversas organizaciones libertarias y fueron pioneras de Mujeres Libres. Ser mujer y pertenecer al movimiento libertario te garantiza un espacio vacío en la Historia de los grandes volúmenes académicos, te releva al silencio de la ciencia heteropatriarcal que busca en el pasado aquellos procesos y hechos que dan sentido a la trayectoria del capital. Estas páginas nacieron de la búsqueda de la genealogía de las mujeres revolucionarias, aquellas que vivieron la revolución tras el levantamiento fascista del 18 de julio del 36, pero también de aquellas cuya existencia era ya de por sí revolucionaria en una sociedad dónde las mujeres comenzaban a luchar por su autonomía vital y por su libertad personal.
"De la revolución surgirá un estado de cosas que será el resultado del libre desarrollo de las fuerzas populares en el seno de la revolución misma, de la voluntad del proletariado, emancipado del yugo patronal y gubernamental y reorganizado en la forma que creyera más conveniente. Los organismos nuevos, que se habrán formado para proveer a las necesidades de la vida social; las varias agrupaciones, pequeñas o grandes, locales o regionales, nacionales o internacionales, creadas por el impulso de las más variadas necesidades, serán lo que sus componentes quieran".
Alegato del pensador anarquista italiano (y posteriormente afincado en Uruguay) contra los planteamientos de los partidos políticos revolucionarios de diferentes tendéncias que hasta la fecha habían impulsado revoluciones. Siendo claramente el principal aludido el movimiento comunista o del llamado "Socialismo real" que por aquel entonces se había impuesto en la URSS. Al igual que en su obra fundamental "Dictadura y revolución" donde discute a Lenin sus planteamientos de "El estado y la revolución", el autor vuelve a rebatir aquí el hecho de que el capitalismo haya sido realmente abolido por estos procesos revolucionarios de corte marxista. Para Fabbri la revolución verdadera deber proscribir la existencia de élites, los "excesos" revolucionarios, la delegación de poderes (él afirma que tiene que haber delegación de funciones, no de poderes), etc...
La pugna entre el PSUC y la CNT, de diciembre de 1936 a mayo de 1937, fue un conflicto ideológico, pero ante todo el enfrentamiento de dos políticas opuestas de abastecimiento y gestión económica de la gran urbe barcelonesa. Comorera, desde la Consejería de Abastos, priorizaba el poder del PSUC al abastecimiento del pan o la leche a la ciudad de Barcelona. Mejor sin pan ni leche, que un pan y una leche suministrados por los comités revolucionarios y los sindicatos de la CNT. Hambre y penurias de los barceloneses eran el precio a pagar por el incremento del poder del PSUC y de la Generalitat, en detrimento de la CNT.
Guillamón ,autor de libros como "Terror estalinista en la Barcelona 1938", "Los Amigos de Durruti" o "Los Comités de Defensa de la CNT", continúa con esta obra su incansable labor por escribir la Historia Proletaria con mayúsculas, siempre enfrentándose a la incultura del olvido, a la falsificación política y al academicismo universitario. Este libro que aquí presentamos tiene su continuidad natural en otra obra titulada "La represión contra la CNT y los revolucionarios" en donde Guillamón analiza los acontecimientos inmediatamente posteriores.
Durante las sangrientas jornadas de mayo de 1937 los comités revolucionarios desbordaron a los comités superiores cenetistas. La insurrección de los trabajadores no fue derrotada militarmente, sino políticamente, cuando los líderes anarcosindicalistas dieron la orden de alto el fuego. El hambre y el desarme eran los dos objetivos necesarios para el inicio del proceso contrarrevolucionario, que desencadenó toda su fuerza represiva aquel verano de 1937 contra los militantes cenetistas y otras organizaciones revolucionarias más minoritarias, como el POUM. La represión de los estalinistas y de la justicia republicana fue de carácter SELECTIVO: intentó integrar a los comités superiores en el aparato estatal, al mismo tiempo que desencadenaba una feroz represión contra los revolucionarios de base.
Guillamón da continuidad con este libro a su obra anterior "La Guerra del Pan", en donde se describen los hechos inmediatamente anteriores a los aquí expuestos.
Una ciudad, un barrio, un portal. Un puñado de jóvenes (Rachid y su pandilla) que encuentran refugio en el piso superior del edificio. Carmen, la vecina del tercero, y Lamp, el vendedor ambulante con el que se cruza en la escalera. Juan asomado a su ventana, repartiendo gañidos a todo el que pasa por debajo. La anciana que aparta la cortina, pero jamás se asoma. Jorge, el vecino del primero, que revuelve cada noche en la basura. Rafa, el joven camarero que, cansado de su padre y de las vacas, ha emigrado del pueblo a la ciudad. Y Jenny, la mujer que cruza el charco para colarse en esta historia de gentes que, en mar abierto, tratan de sobrevivir al temporal.Eduardo Romero, es miembro del colectivo/editorial asturiano Cambalache y autor de distintas obras relacionadas con la emigración y el racismo tales como "A la vuelta de la esquina. Relatos de racismo y represión" o "Quién invade a quién", entre otros. A pesar de que este libro es una ficción, sin duda buena parte de las historias que en él aparecen están basadas es hechos que Eduardo Romero ha conocido a lo largo de su dedicación al mundo de la inmigración.
Esta obra aborda varias disciplinas, la pintura y la prosa. Ambas disciplinas unidas conforman una obra de denuncia de la situación de tantas y tantas mujeres africanas, especialmente de las mujeres del la región del Delta del Niger. Pero esta obra no es sólo para compadecerlas, sino también para admirarlas. Porque a pesar de tanta cuesta arriba siguen avanzando.La parte pictórica (las imágenes aquí reproducidas pertenecen a una exposición que suele acompañar a algunas de las presentaciones del libro) corren a cargo de Amaya Celaya que ya ha ilustrado otros libros de esta editorial (Cambalache de Oviedo) como "Este loco mundo" o "Cosas que sucedieron (o no)"Los textos, cuya primera versión de los mismos ya apareció en la revista feminista La Madeja, corren a cargo de Eduardo Romero, igualmente miembro de la editorial asturiana y autor de distintas obras relacionadas con la emigración y el racismo tales como "A la vuelta de la esquina. Relatos de racismo y represión" o "Quién invade a quién", entre otros."Un relato sobre mujeres que migran.Un relato sobre mujeres que resisten.Un relato sobre mujeres rebeldes."
La Comuna Antinacionalista Zamorana es conocida, principalmente, por la publicación de tres panfletos, editados por primera vez en París: el «Manifiesto de la comuna antinacionalista zamorana», en 1970, «De los modos de integración del pronunciamiento estudiantil», hacia 1973, y el «Comunicado urgente contra el despilfarro», en 1974. Hay un amplio consenso en que todos ellos fueron redactados por el pensador y literato Agustín García Calvo durante su exilio en París, aunque parecen estar basados en los debates que tuvieron lugar en las tertulias políticas organizadas por él, en esa misma época, en un café del Barrio Latino. En cualquier caso, en estos panfletos aparece recogido lo más esencial del pensamiento político de Agustín García Calvo.
Durante la Reforma del Franquismo, la mal llamada "Transicición", estos textos fueron publicados por primera vez en el interior del Estado Español y alguna de estas ediciones llego incluso a ser secuestrada por un Juzgado de Orden Público. Si bién su difusión fue autorizada posteriormente cuando se supo que el autor o redactor de la obra era el catedrático recién retornado del exilio Agustín García Calvo.
[...] Muchos han denunciado y analizado, antes y después, las nuevas formas de miseria propias de la sociedad del llamado bienestar; muy pocos, casi nadie, con tan penetrante clarividencia y precisión como la Comuna Antinacionalista Zamorana. La Comuna acertó, para empezar, a dirigir la denuncia, no contra el «consumo» (noción ambigua y confusa donde las haya), sino contra el despilfarro, entendido como gasto y eliminación de las cosas sin ningún provecho ni disfrute. [...]
[...] No hay, en efecto, crimen sin justificación; y esto es más que en sitio ninguno cierto para los multitudinarios crímenes de Estado. La fe y la estupidez de las poblaciones solo quedan condignamente superadas por la fe y estupidez de sus dirigentes. Para poder despilfarrar vidas humanas la Estadística tiene previamente que reducirlas a masa y número de almas; pero la operación estadística convierte en primer lugar al estadista en la más ciega y obediente de las piezas de la computadora. [...]
We use cookies to provide you a better user experience on this website. Cookie Policy