Miles de vascos y vascas se han echado al monte durante los últimos dos siglos. Testigo de sus andanzas ha sido la casa torre Dorregarai, un viejo y siempre renovado caserón familiar, cuyo sosiego y trabajo se ven cíclicamente rotos por convulsiones violentas. Esas que sufre un país que no se acomoda al destino que otros le marcan. Así, cinco generaciones se verán retratadas en esta historia, atrapadas en las mismas guerras, exilios, incertidumbres y amores. Porque difícilmente explicaremos nuestra apasionada actualidad sin acercarnos a los intentos y fracasos anteriores; sin trepar por nuestra propia genealogía. Porque, querámoslo o no, casi todos los vascos y vascas hemos nacido en Dorregarai.
Redadas policiales racistas, sofisticados operativos de deportación, sistemas de identificación facial propios de una distopía, radiografías a menores migrantes para «determinar» su edad… Esta genealogía del pasaporte rastrea el proceso que ha permitido a los Estados desarrollar, en los dos últimos siglos, toda una serie de instrumentos que invaden la vida de las personas –sus cuerpos– con el fin de establecer quiénes tienen derecho a pertenecer al Estado y, sobre todo, quiénes deben ser excluidas del mismo. «Los pasaportes y los documentos de identidad, producto de complejas burocracias dedicadas a identificar a las personas y a regular su movilidad, han hecho posible una insólita transformación de la vida social –una transformación semejante a aquella identificada por Marx cuando analizaba la monopolización de los medios de producción por parte de los capitalistas, o la revelada por Weber cuando analizaba la expropiación por parte de los Estados modernos del uso legítimo de la violencia–. Para entender el mundo moderno, a estos dos tipos de «expropiación» debemos añadir un tercero: la monopolización de los medios legítimos de movilidad por parte de los Estados […]. Aunque este proceso tiene sus deficiencias, ha cosechado un éxito indudable regulando los movimientos de población y determinando quién pertenece a cada lugar. Ello ha desempeñado un papel fundamental en la construcción por parte de los Estados de «naciones» aparentemente homogéneas, aunque éste es un objetivo que, en esencia, resulta imposible de lograr.» Confiamos en que este libro contribuya a un objetivo más bien modesto: desnaturalizar un mundo caracterizado por una enorme proliferación de fronteras. Desenmascarar la historia de lo que se ha convertido en normal, en hegemónico, es siempre una condición necesaria para poder acabar con ello.
La industria del pensamiento ha substituido la idea de esperanza por un término menos intrigante y más sencillo de manejar: el optimismo. Un optimismo que no solo aparece en la autoayuda y en la alta filosofía sino que es, para Eagleton, el nervio de la religión dominante en Europa: el cristianismo.
En un virtuoso ejercicio de erudición, seriedad y humor, Terry Eagleton distingue la esperanza del ingenuo y ensimismado optimismo, de la jovialidad, del idealismo o de la adhesión a la doctrina del progreso.
Eagleton propone, en cambio, un enfoque de la esperanza que requiere reflexión y compromiso, que surge de la lúdica racionalidad, que debe ser cultivado mediante la práctica y la autodisciplina, y que reconoce el fracaso y la derrota pero se niega a capitular ante estos.
Terry Eagleton indaga en el concepto de esperanza tal como ha sido (a menudo erróneamente) conceptualizado durante más de seis milenios, desde la antigua Grecia hasta nuestros días, de los estoicos a Zizek pasando por Santo Tomás de Aquino, Kierkegaard, Marx, Bloch y Benjamin.
Los grandes mitos cristianos perfilan una historia de los sexos. Un drama en el que la mujer separa al primer hombre de Dios; la creación de Adán se torna en catástrofe por el pecado de Eva. Sin embargo, aunque Eva aleja al hombre de Dios, María acerca a Dios al hombre. De ella nace el nuevo Adán: Jesús.En filosofía y en teología, los grandes textos fundadores elaboran el relato de una visión masculina de la historia: la mujer difiere del hombre, jamás a la inversa. Como si su punto de vista fuera el único y el universal, mientras que la mujer sigue siendo siempre el otro, el género diferente. «No hay ni macho ni hembra», escribe, sin embargo, san Pablo. ¿Tiene el cristianismo la pretensión de invertir la «fatalidad» de la condición sexuada? ¿Acaso san Pablo plantea aquí los fundamentos de un universalismo cristiano al anunciar la igualdad de los sexos? Sylviane Agacinski demuestra, por el contrario, que, como en la filosofía griega, el pensamiento cris- tiano de los primeros siglos identifica, indefectiblemente, el espíritu y el intelecto con el hombre, y la carne y el pecado con la mujer.Con esta Metafísica de los sexos, Sylviane Agacinski describe un régimen de pensamiento masculino que aún sobrevive en el imaginario contemporáneo.
Tercer poemario de Josecrust, donde no deja títere con cabeza. "Escombros de un triunfo" es más bestia, caústico y destructor que los anteriores "El eco y sus fluctuaciones " o "Zona espacial norte". En estas páginas es como si el autor se dedicara a darle patadas al mundo, llevandonos por callejones oscuros y vacilándole al mismísimo Rimbaud.Portada a color del gran Pablo Gallo y en el interior incluye ilustraciones de varios/as artistas bilbaínos/as. Todo por 8 lereles.
Luix Martinez Deustuar honek argitaratzen duen lehendabiziko liburua dugu. Testua Jordi Cantavella Cusórena da eta jatorrizko izenburua "Lámor en els temps de cólera" 2019an argitaratua. Irudiak Elsa Novellek bilbotarraren esku geratu delarik. Berrogeita amazazpi ipuin laburrez osatuta dago, egunerokotasunean pentsa dezakezun hainbat gaien ausnarketa eta pentsamoldeak. Elkartasuna, Rocka, herriaren jakinduria, ohorezko jubilazioa, haurdun, egun on, ostia, nostalgia!... etabarreko izenburu azpian gordetzen dira orri hauek. Oso erraza irakurtzeko eta denbora ederto pasatzeko liburua dugu.
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