Leopoldo María Panero pasó gran parte de su vida internado en instituciones psiquiátricas. De esa experiencia surgió una poesía dura y descarnada, pero también una reflexión enormemente crítica con el régimen psiquiátrico. Para Panero la psiquiatría era un sistema de disciplinamiento, un dispositivo de control social en manos del poder. Su pensamiento le llevará a formar parte de la corriente de la antipsiquiatría, que a partir de los años setenta se enfrentará a la sobremedicalización, la invisibilización, la contención física y el recorte de libertades de las personas en situación de sufrimiento psíquico. Con el paso del tiempo, sus reflexiones evolucionarán hacia un mayor hermetismo y sus escritos se llenarán de elementos procedentes de la magia y la mística. Para entonces, Panero se había convertido involuntariamente en el gran poeta maldito de la literatura española contemporánea, pero lo que dejaban ver sus escritos era, sobre todo, dolor.
Partiendo de la irrupción del movimiento obrero en la escena social y política de mediados del siglo XIX, en estas cinco apasionantes intervenciones José Antonio Fortes repasa la Comuna de París, su represión y el papel ideológico que a partir de entonces ha venido jugando la intelectualidad orgánica al propagar la animadversión ante cualquier conato de rebeldía proletaria; el invento de la llamada «literatura obrerista» y sus efectos; las fermosas coberturas con que la ideología ha venido ocultando o haciendo desaparecer las realidades concretas ?por ejemplo, sustituyendo los crímenes políticos por crímenes pasionales en la literatura?; la situación de los escritores en la mal llamada «Guerra Civil» y los servicios de clase que prestaron y aún siguen prestando al Capital; la diversificación de ese Capital por acción de una ideología que se materializa de distintas formas: llámense religión, urbanismo, tecnología, cultura, literatura?
Fortes aborda la realidad de las distintas clases sociales en relación con sus diferentes posiciones y situaciones de producción o explotación; realidades sociales, políticas, históricas, culturales? ¿Qué lugar ?de clase?ocupa el intelectual y qué servicio presta?, ¿cuál es su función ideológica? ¿Qué se ha querido hacer pasar por y en base a qué particulares intereses? ¿Qué se nos ha querido ocultar y por qué? ¿Qué textos han sido borrados del mapa? ¿Existieron ?o existen? otras literaturas frente a ?o en pugna con? la Literatura?? El resultado es una concepción sin contemplaciones ?«ya no es tiempo de contemplaciones»? de la función que cumple la ideología y más en concreto su residual sector de producción y marketing literario, la literatura y sus servidores, en la defensa y perpetuación del dominio capitalista, todavía hoy en medio de una de sus más salvajes orgías financieras.
Pietro Carta y Paolo Mannoni son de la misma quinta: 1899. El padre de Pietro está a cargo de las tierras del padre de Paolo, don Pasqualino Mannoni, de los Mannoni que se hicieron ricos con el pecorino. Viven en el pequeño pueblo de Lollove, en pleno corazón de Cerdeña, y juntos se crían al aire libre, bajo la estricta supervisión de Annica, la gobernanta. El señorito Paolo, frágil y dependiente, va a la escuela y se precia de enseñar a Pietro a leer y a escribir. Pietro, fuerte como una cría de muflón, presume de conocer todos los secretos de la naturaleza. En el continente ha estallado la Gran Guerra, y llega el día en que Paolo es llamado a filas y que Pietro, por un pacto entre familias, se ve obligado a alistarse también. Pero en el frente esos pactos de clase son papel mojado, igual que la brecha entre ricos y pobres.
Desde los albores de la era industrial, la mejor y casi única arma de los y las trabajadoras contra la explotación de su fuerza de trabajo ha sido la acción colectiva. Gracias a ella, a lo largo del último siglo y medio y en prácticamente toda la geografía del planeta se han repetido experiencias de ocupación de fábricas, constitución de consejos obreros y democratización de los centros de trabajo. Los colectivos que protagonizaron esas luchas no necesitaron grandes referencias previas; la ocupación de los medios de producción y su autogestión por parte de los trabajadores parece emerger como expresión genuina y directa de los intereses históricos y materiales de sus protagonistas.
A lo largo de este volumen documentaremos algunas de esas experiencias. Expondremos primero el debate teórico que las ha acompañado para sumergirnos enseguida en luchasdesarrolladas tanto en sociedades capitalistas como bajo formas de socialismo de Estado. Desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XXI recorreremos diferentes manifestaciones de un movimiento que hasta el momento apenas ha salido de las sombras. Nuestro objetivo es poner el foco sobre esos momentos de empoderamiento de los y las trabajadoras y revelar la importancia de las luchas obreras contra formas de control autocráticas o injustas impuestas, ya vengas impuestas por el capital, por empresas, por sindicatos tradicionales o incluso por partidos o burocracias estatales. Porque en última instancia, confiamos en que esas formas de lucha sirvan para alimentar el deseo de construcción de nuevas de democracia obrera.
¿Qué sucede cuando la violación no es un hecho aislado sino el producto de una estrategia planificada de control y aniquilación de una comunidad o una etnia? ¿Pueden los cuerpos racializados, migrantes, ubicados históricamente por debajo de la línea de lo humano, tener algún tipo de restitución legal en una Europa racista, colonial, capitalista y heteropatriarcal cuando son violados? ¿Qué sucede cuando la denuncia de una violación es utilizada para atacar a un colectivo por motivos raciales, como sucedió en Colonia recientemente? ¿Qué ocurre cuando ni siquiera puedes señalar a tu violador o vengarte de él? ¿Cómo modifica el análisis el hecho de que los cuerpos designados como violables sean también los de los hombres, como sucedió en la cárcel de Abu Ghraib? ¿Por qué las 43 niñas violadas y asesinadas en Guatemala apenas despertaron campañas de apoyo internacionales? ¿Hasta qué punto la cultura de la violación está inserta en nuestra cultura cristiana?
Los textos de Brigitte Vasallo, Úrsula Santa Cruz, Deyanira Schurjin y Ana Llurba plantean todas estas preguntas, pero también la certeza de que es necesario análisis mucho más profundos, capaces de matar de una vez por todas al colono racista y patriarcal que los blancos llevamos dentro.
«El 1 de mayo es un momento de afirmación, de amor a la vida y de llegada de la primavera, así que ha de ser algo así como el principio del fin del sistema capitalista de explotación, opresión, guerra y miseria generalizada y trabajo esclavo». Esto escribe el famoso historiador Peter Linebaugh en este compendio esencial de reflexiones sobre un 1 de mayo tan denigrado y al mismo tiempo tan glorioso y eléctrico.Es un día en el que el rico y el poderoso se esconden llenos de miedo y hacen que el parlamento prohíba la fiesta de mayo –un día magnífico y descontrolado de renacimiento, renovación y rechazo–. Estas reflexiones sobre el rojo y el verde –en los cuales probablemente descansa la única esperanza para el futuro– están pobladas por las opiniones de la anarco-comunista nativa americana Lucy Parsons, el movimiento sindical Dodge Revolutionary Union Movement, Karl Marx, José Martí, W.E.B. Du Bois, Rosa Luxemburg, SNCC y una larga lista de nombres sensibles y ricos.
www.viruseditorial.net10 €160 págs 978-84-92559-92-3FolletosT Palabras clave: Anarquismo, antropología, emancipación, autonomía social, libertad, antiestatismo, sociedades sin Estado, asamblearismo, horizontalidad¿Qué distancia hay entre el anarquismo y la academia? ¿Y entre la antropología y el anarquismo? Estas preguntas son comprensibles en la medida en que, como ha afirmado Da-vid Graeber, el ámbito académico se basa en una separa-ción entre la teoría y la práctica que choca con la impor-tancia para el anarquismo de la relación entre práctica y pensamiento, y entre fines y medios.El autor considera que «más que una Gran Teoría, podríamos decir que lo que le falta al anarquismo es una Base Teórica: un mecanismo para confrontar los problemas reales e inmedia-tos que emergen de todo proyecto de transformación». La pre-gunta, por tanto, es: «¿qué tipo de teoría social puede ser real-mente de interés para quienes intentamos crear un mundo en el cual la gente sea libre para administrar sus propios asuntos?». La supuesta debilidad del anarquismo en el ámbito teórico es, en realidad, la fuerza de unas prácticas políticas capaces de convertirse en herramientas útiles en contextos históricos y geo-gráficos diferentes, como se ha reflejado en movimientos socia-les como la antiglobalización o el 15M, a través de dinámicas asamblearias, y de democracia y acción directas.Fragmentos de antropología anarquista aborda la importan-te vinculación entre anarquismo y antropología, entendiendo a los antropólogos como «el único grupo de científicos sociales que conocen las sociedades sin Estado que existen en la actua-lidad; muchos han vivido en zonas del mundo donde los Esta-dos han dejado de funcionar o como mínimo han desapareci-do de manera temporal».
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