Con un titulo provocador, este texto del conocido historiador y profesor de la Universidad de Deusto, nos introduce en parte de la historia de una organización, para algunos delictiva, terrorista, asesina… pero que ha sido protagonista en gran medida de la historia de este pueblo, durante más de cincuenta años y con un significativo apoyo popular. Es más, parte de quienes la vilipendiaron, ultrajaron e incluso insultaron, en otras fases de su vida la comprendieron, cuando no la apoyaron directamente. Algunos incluso llegaron a pertenecer a la misma.
En plena "Batalla por el Relato", la hemeroteca conserva intactas las declaraciones y los escritos de unos y de otros y nos muestran al desnudo donde estubieron y donde están hoy unos y otros. Estos detalles son en los que se centra esta obra. En analizar y exponer escritos y textos de muchas personas que pasaron de elogiar a insultar y condenar a dicha organización. Y el mismo autor se pregunta, que si estamos ante una organización meramente terrorista, cómo es posible que durante todo el largo periodo en el que mantuvo la lucha por la independencia y el socialismo para Euskal Herria haya gozado de ese apoyo popular que antes mencionábamos.
El texto habla de las razones que hicieron posible la aparición de una organización de las características de ETA, de las razones de su larga existencia, de momentos cruciales como El Proceso de Burgos", los últimos fusilamientos de Franco, las Reuniones de Txiberta, la muerte de "Argala", El Plan ZEN (Zona Especial Norte), el secuestro y muerte de Miguel Angel Blanco,.. hasta llegar a hoy en día, momentos en los que las Instituciones encargan a sus expertos informes para escribir la versión oficial de lo acaecido, informes con los que pretenden contarnos a l@s vasc@s nuestra propia historia vivida (y especialmente a la generaciones venideras). Contra esto último arremete duramente el autor, especialmente contra el informe realizado por el Instituto Valentín Foronda.Resumiendo, un libro para entender la vida política de Euskal Herria en los últimos casi sesenta años, o al menos, una de las visiones acerca de ese periódo y que no va a ser precisamente la más difundida desde los medios del Poder.
Espinosa está presentado en un Prólogo escrito por Iñaki Gil de San Vicente.
En 1938 Enesida García Suárez tenía once años. Vivía con su familia en el valle de Tiraña, Llaviana. La guerra ya estaba perdida para las mujeres y los hombres que habitaban el valle, pero aún no había terminado. Todo transcurrió así: cuando tanto cacareaban «se acabó la guerra, se acabó la guerra», yo también lo creía así, porque estábamos hartos de pasar calamidades y privaciones; en una palabra, muertos de hambre; resulta que la guerra, o aún peor que la guerra, para nosotros empezó aquí, se irá comprobando según mi relato. […] Hablo así porque llevo una herida muy grande en mi propia carne. Me mataron a mis padres y una hermana, y sólo por el delito que suponían, que nunca lo llegaron a comprobar: que mis padres daban de comer a sus hermanos que estaban escondidos. Esto lo escribo después de 40 años y no recuerdo bien todos los detalles, pero sí lo suficiente para dejar claro lo que fue esa camarilla de asesinos y ladrones franquistas. Dicen quienes la conocieron que Enesida García Suárez, a pesar del terror impuesto, mantuvo el hilo de la memoria a través de cuentos e historias que compartía siempre que había oportunidad. Nesida necesitó que pasara más tiempo –casi cuarenta años– para escribir en su cuaderno Mi infancia en el franquismo, relato poderoso que narra cómo la brutal represión franquista cayó sobre su familia y sobre otros vecinos y vecinas de Tiraña. El libro tiene una curiosa presentación: se van alternando las páginas reproducidas del manuscrito original (o sea, las escritas a mano en el diario, con sus tachones, correcciones, etc), con las páginas con el mismo texto, pero ya en legible letra impresa.
En este camino que seguimos, el de recorrer historias de hombres reales, nos encontramos con uno que trascendió a su país y a su tiempo por todo lo que hizo: por pensar un pasito adelante de la gente de su época, por poner su ejemplo por encima de toda palabra y hacer más que decir, por sentir que los hombres y las mujeres estamos en constante aprendizaje, y entonces siguió aprendiendo cuando fue grande, y fomentar el crecimiento de otras y otros.
Pero también porque hablamos algunas veces de la independencia de América, allá por 1800, cuando se luchaba por la libertad, pero también existen otras libertades que se fueron ganando gracias a personas que les pusieron el cuerpo. Y una de esas es nuestro aventurero del paso lento, pero que no deja de avanzar; nuestro guerrero contra el tiempo y las mentiras; el padre de sus cinco hijos e hijas, el hijo de Celia... Un libertador presente, que siguió la estrella en el cielo y en su frente hasta lograr un mundo más justo para muchas y muchos más.
Libro ilustrado a todo color.
Decidimos lanzarnos a la aventura de conocer un poco más acerca de grandes mujeres y hombres de nuestra historia. Y empezamos por una de las muchas mujeres que no se conformaron con hacer lo que esperaban de ellas. Por eso Frida Kahlo es nuestra primera no-princesa (o princesa azteca, tal vez): una mujer que lucia su cuerpo a pesar de su renguera, que pinta en una tela los momentos más tristes y más felices de su vida, que a pesar de todas sus dolencias físicas busca el arte, la alegría y lucha por el bien del mundo no sólo para ella si no para muchos y muchas más...
Es
En esta obra el autor reúne dos poemarios que suele acompañar en sus performances por una serie de canciones que corresponden a los poemas del libro. El álbum musical está accesible en su bandcamp. Así puedes leer los poemas mientras escuchas su música, mixtura de electronica, noise y experimental.
https://joxecaballero.bandcamp.com/album/desierto-sonoro
El Poder nos conduce y, al mismo tiempo, nos dejamos conducir; impregnándonos así de su conducta, de su lógica… Esta frase, que puede resumir el pensamiento de Michel Foucault sobre el asunto y que marca sus propios límites pues no va más allá de la descripción, es el punto de partida de nuestro pensar/sentir/hacer: el desempoderamiento.Igual que en otros periodos históricos podíamos afirmar que las relaciones sociales se explicarían, fundamentalmente, por la Religión o la Economía; en esta sociedad en transición la explicación en último término nos viene de la mano, o de la garra, del Poder: Patriarcado, Estado, Mercado, Escuela centrípeta, Idioma… y sus alternativas: Empoderamiento, toma del Poder, Contrapoder, Emprendimiento, Escuela pública, Cultura nacional… toman como centro de explicación, de batalla, de deseo: el Poder.Toda alusión a hacer dejación del Poder que tenemos cada persona, hacer dejación hacia abajo (desempoderamiento), nunca hacia arriba (autodesapoderamiento) es contestada con fuerza por discursos prosistema y alternativos.Hay miles de personas, sobre todo mujeres, que estamos viviendo la construcción colectiva de una sociedad sin poderes. En este libro intentaremos compartir nuestros pensares/sentires/haceres.
Los coordinadores de esta publicación y autores de algunos de sus textos, Javier Encina y Ainhoa Ezeiza, combinan escritos de diversas firmas que dan contenido y ponen ejemplo a estos desempoderamientos a poderes concretos y actuales: comunitario, científico, educativo, lingüístico, sanitario, desarrollismo, servicios sociales, cuerpo en relación... muchas veces dando respuesta desde las propias culturas populares, viviendo la construcción de un nuevo mundo sin Poder. Así, encontramos escritos y aportaciones de: Isabel Escudero, Agustín García Calvo, Carlos Taibo, Ivan Illich, Raúl Zibechi, John Holloway, Karmele Mitxelena, María Ángeles Ávila, Gustavo Esteva, Felipe García Leiva, Nahia Delgado, Estefanía Zardoya, Emilia Negrete, Begoña Lourenço, Nayeli Moreno, Felícitas Ovalle, Carmen Pérez, Emiliano Urteaga, Arturo Padilla, Adrián Alejandro Morales, Julieta Santos, Erika Garrido Bazán, Raffran, etc.
JAVIER ENCINA (Sevilla, Andalucía, 1965) trabaja como ilusionista social desde 1995. Iniciador y miembro de UNILCO-espacio nómada y del Colectivo de Ilusionistas Sociales, ha coordinado y participado en diversas iniciativas de autogestión de la vida cotidiana, principalmente en Andalucía, México y Euskadi.
AINHOA EZEIZA (Donostia-San Sebastián, País Vasco, 1971) es profesora-investigadora en el Departamento de Didáctica de la Lengua y de la Literatura de la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y doctora en Psicodidáctica.
Juntos coordinan el Seminario de Ilusionistas Sociales (Ilusionista Sozialen Mintegia), grupo de investigación y formación constituido en abril de 2015 y conformado por personas interesadas en construir colectivamente alternativas con y desde la gente.
«En el siglo del artificio sentimos pasión por esta naturaleza que destruimos. Es la civilización del coche y del avión la que sube a pie a la montaña, son los individuos más civilizados de los pueblos más civilizados los que se ponen a estudiar la vida de los “primitivos”, los que describen y ensalzan sus costumbres. Cuanto más nos distinguimos de ella, cuanto mejor la conocemos, más experimentamos el sentimiento de la naturaleza pero, al mismo tiempo, más nos alejamos de ella. La hemos inventado al destruirla y esta invención contribuye a su destrucción. Al final de este proceso se esboza un mundo en el que, destruida la naturaleza, el amor por ella sería más fuerte que nunca; y en el que el Edén original, alterado desde la primera intervención humana, se realizaría al fin en estado puro en un puñado de regiones de la tierra (o de nuestra vida) cuidadosamente organizadas. La experiencia de la naturaleza es hoy en día inseparable de la de su destrucción. Si queremos recuperar la naturaleza, primero tenemos que hacernos cargo de que la hemos perdido».
De entre la veintena de libros de Bernard Charbonneau (1910-1996), todos ellos dedicados a lo que él llamaba la «Gran Muda» del siglo xx, fue en El Jardín de Babilonia donde mayor empeño puso en mostrar cómo, después de haber arrasado la naturaleza, la sociedad industrial terminaba de aniquilarla «protegiéndola», organizándola; y cómo se desvanecían al mismo tiempo, con esta artificialización, las oportunidades de la libertad humana. Y no es el menor de los méritos de El Jardín de Babilonia el haber denunciado tan pronto en qué iba a convertirse necesariamente la «defensa de la naturaleza» desde el momento en que separaba su causa de la de la libertad; la indigna regresión que desde ese punto de vista constituye el ecologismo político quedaba juzgada de antemano.
«Todo el mundo tiene derecho a ser estúpido», escribió Trotski en 1938, «pero el camarada Macdonald abusa de este privilegio». Era la respuesta a un artículo publicado en la prensa trotskista estadounidense en el que Dwight Macdonald criticaba duramente la represión del alzamiento de los marineros y obreros de Kronstadt en 1921 contra el gobierno bolchevique, así como el papel desempeñado en aquellos sucesos por el entonces líder del Ejército Rojo. «El hecho de comenzar mi andadura en el trotskismo», recordaba el autor varias décadas después, «con una polémica sobre un asunto tan delicado, y nada menos que contra el gran maestro de la Orden, puede que fuera cuestión de ética, arrogancia, ingenuidad, una simple chaladura, o una mezcla de todo ello. Pero fue sintomático». Y, en efecto, revelaba muy pronto el carácter herético e independiente de uno de los intelectuales estadounidenses más importantes del siglo XX.
Escrito en 1946, La raíz es el hombre anticipó muchos de los temas fundamentales de la Nueva Izquierda de los 60: la crítica de la burocracia, la tecnología o el totalitarismo soviético. Frente a la fe depositada por los progresistas —socialdemócratas o marxistas— en el centralismo del Estado, el crecimiento económico y el progreso científico, Macdonald apelaba a la creación de un radicalismo fundado en la responsabilidad moral de los individuos, haciendo hincapié en el concepto de límite y en la creación de pequeños grupos que resistieran al poder del Estado y la tiranía de la Ciencia.
Puede que el título de la primera parte de este ensayo, «El marxismo está obsoleto», hoy día mueva a risa. Pero la suya no era sólo una revisión del marxismo, al que, en 1946, casi nadie osaba plantar cara sin pasarse a las filas de la reacción. Aunque ya no exista ese marxismo ortodoxo, sí que existe, y tiene mucha fuerza, lo que Macdonald denominaba liblabs, los liberal-laboristas, esos que consideran que «sólo los progresistas tienen derecho a la libertad, es decir, quienes estén del lado del “pueblo” y de los “trabajadores”», y que adoran al Estado «siempre que esté de su parte». ¿Cómo no reconocer a esos viejos liblabs en quienes ahora dicen representar la «nueva política»? ¿En ese marxismo-populismo de nuevo cuño que se presenta como única alternativa al neoliberalismo salvaje, y cuyos lemas «Pan. Trabajo. Industria. Patria», además de remitir a las corrientes políticas más ignominiosas del siglo veinte, supone la incapacidad de reconocer la naturaleza opresiva del Estado y del desarrollo tecnológico?
La lectura de La raíz es el hombre es uno de los mejores antídotos contra la creencia de que el mejor modo de combatir un modo de vida alienante e insostenible es reforzar el entramado económico-científico-militar, dando una vuelta de tuerca más al poder pantagruélico del Estado. Explorar la senda marcada por Dwight Macdonald es hoy más necesario que nunca.
«La Revolución Cultural, que de revolucionario sólo tuvo el nombre, y de cultural el pretexto táctico inicial, fue una lucha por el poder que se entabló en la cúspide entre un puñado de individuos [...] Para el pueblo, el maoímo puro siggnifica la sustitución de las legítimas exigencias materiales, intelectuales y sensibles de la naturaleza humana por una mística política austera y fanática, la imposición de un estado peermanente de movilización casi militar, la destrucción implacable de todos los valores tradicionales, una desoladora existencia monótona, el establecimiento de un desierto cultural, una universal beatería, y una aridez y un aburrimiento interrumpidos solamente por explosiones periódicas de violencia y de activismo histérico».
Publicado en Francia en 1971, El traje nuevo del presidente Mao contiene una crónica de los primeros años de la «Revolución Cultural» maoísta, que desde 1966 sumió a China en un estado de guerra civil y de frenesí criminal. Pierre Ryckmans, sinólogo y estudioso de la literatura y del arte clásico chinos, adoptó el nombre de pluma de Simon Leys para garantizar su seguridad en China y protegerse de los ataques de la intelligentsia francesa que, plegada a los delirios ideológicos del maoísmo, tachó a Leys de reaccionario a sueldo de la CIA por el crimen de mostrar que el Gran Timonel estaba efectívamente desnudo.
Moralista capaz de ver la realidad con los mismos ojos y la misma riqueza de imaginación que los grandes novelistas de antaño, este libro recoge reflexiones y sátiras de Piergiorgio Bellocchio, exégesis de lugares comunes conservadores y progresistas sobre la vida política y social de Italia desde los años ochenta, en plena derrota de la izquierda y el auge del consumismo televisado que acabaría llevando a Berlusconi.
Al margen de la industria cultural y la agenda de los media, individualista y retirado de la vida pública, el estilo de Bellocchio no encaja en ninguna categoría bien definida (¿Literatura? ¿Autobiografía? ¿Ensayo? ¿Crítica literaria, cinematográfica, cultural, social?), lo que tal vez decepcione a los creadores de opinión y a los aprendices de productos prefabricados y de provocaciones escandalosas.
«Limitar el deshonor. Un objetivo que hace veinte años habría considerado repugnante y absurdo, porque el honor y el deshonor no son cosas que puedan medirse. Y, en efecto, se trata de un objetivo miserable, una mezquindad moral, una ocurrencia digna de un lacayo de comedia. Pero cuando era joven no podía concebir una derrota de estas proporciones. Por aquel entonces, lo peor que podía imaginar era la derrota política a manos de la contrarrevolución, que se manifestaba en la represión que, por despiadada que fuera (o precisamente por ello), garantizaba a los vencidos el honor del exilio, la cárcel o, mejor aún, la gloria del patíbulo. El destino ha sido ridículo […] Nuestros tiempos son menos dramáticos, menos directamente trágicos, aunque más desesperantes. Terror y miseria ahora pueden llamarse consenso y bienestar».
Piergiorgio Bellocchio (1931) nació en Piacenza en el seno de una familia burguesa. Tras licenciarse en Derecho, fundó Quaderni piacentini, la revista político-cultural más importante de la Nueva Izquierda italiana en los sesenta y setenta. De 1985 a 1993 dirigió junto a su amigo Alfonso Berardinelli la revista Diario. Sus escritos han sido compilados en Italia en diversas antologías, hoy descatalogadas. De la parte equivocada es su primer libro publicado en castellano, y forma parte de la trilogía «Limitar el deshonor», que continuará con la publicación de Soy un paria de la ciencia y Somos ceros satisfechos.
“Estrategias de resistencia y ataque” nos hace un tremendo recorrido histórico y teórico por las luchas radicales e insurgentes de personas trans, maricas y bolleras en EEUU y Europa en contra de aquello que las oprime, dejando a un lado la historia oficial que las encuadra en meras disputas por el poder político, por conseguir votos o para hacer propuestas legistativas. Un excelente trabajo que evita que caiga en el olvido todo el rico entorno disidente sexual y de género que quiere acabar con el sistema en su conjunto, y que pone sobre la mesa interesantes debates teóricos sobre la comercialización, la identidad, la homonormatividad y nuestros espacios políticos de lucha.
Si lo que más horroriza al homo normalis, policía del sistema hetero-capitalista, es el tomar por el culo, esto demuestra que uno de nuestros placeres más deliciosos, el coito anal, tiene dentro una notable carga revolucionaria. Lo que de nosotras las mariconas está más criticado, contiene en sí buena parte de nuestra gaia potencialidad subversiva. Mi tesoro lo guardo en el culo, sin embargo mi culo está abierto a todo el mundo…
Mario Mieli
La madrugada del 28 de junio de 1969 cambió la vida de las seis protagonistas de este libro, pero también cambió la de quienes hemos nacido años después en un mundo influenciado por sus ecos, y en especial la de quienes en este nuevo contexto hemos querido seguir luchando por el largo camino que todavía nos queda, tomando el testigo de aquella Revuelta de Stonewall que a día de hoy, 50 años después, sigue siendo referencial. “El primer Orgullo Gay fue una revuelta” dice con toda razón una camiseta, queriéndonos recordar que los primeros orgullos no eran el capitalismo rosa y la apología del estado de las cosas que son ahora, sino que quienes acudían arriesgaban su integridad física, y también en muchos casos su vida social. Pero Stonewall no fueron sólo los cinco días de movilizaciones frente a la puerta del bar tras aquella fallida redada policial. Fueron décadas de intensa y disputada lucha a favor del deseo homosexual en EEUU y Europa central. Fue el trabajo de calle de los colectivos. Fue quienes resistían y sobrevivían diariamente en una sociedad que las rechazaba por ser además pobres, trans y/o no blancas. Y fue no dejar que todo se quedara en una revuelta: la organización de nuevos colectivos y de nuevas formas de lucha que conllevaron algunas mejorías para algunas, problemas similares para otras y un nuevo marco de lucha que a día de hoy con algunos cambios, prosigue. Con este trabajo también queremos terminar con el “mito de Stonewall” que nos llega como una revuelta de tipos gays cis blancos jóvenes, “socialmente” guapos y “liberados”. Es decir, contada por sus principales beneficiarios. Las trans racializadas lo dieron todo junto a las chaperas callejeras y a las bollos de todo tipo, y no faltó la presencia de maricas que luchaban ocultas en grupos anarquistas, autónomos, antibelicistas, comunistas o de liberación racial, deseosas de luchar también por aquello que las interpelaba más directamente. Ante todo demostrar el potencial de lucha y de revuelta que tenemos quienes estamos a la sombra del cisheteropatriarcado. La experiencia de Stonewall desató un fuego que luego muchos quisieron apagar, pero que fue, es y será difícil de extinguir por completo. Confiamos en que la edición de este libro en castellano sea una chispa más que lo avive.
El doctor en Historia y profesor de la Universidad de Deusto, Jose Mari Lorenzo Espinosa, nos presenta aquí otra nueva andanada y estamos seguros de que no será la última. En los últimos años, el resurgir del fascismo posmoderno hispánico, así como la batalla por el relato acerca de lo acaecido en los años de plomo del Conflicto Vasco, ha hecho que este prolífico historiador esté continuamente editando obras para rebatir el relato oficial que se intenta imponer. Con esta obra, el autor lanza un torpedo contra la linea de flotación del nacionalismo español, contra sus argumentos, contra sus mitos, contra sus prejuicios y su fanatismo cerril. Con un montón de citas y datos, Lorenzo Espinosa diversos apartados de la extensa historia de España, desde los romanos a los judios y musulmanes, de las colonias de las Américas a las "Guerras Vascas" (Carlistas), aborda la duda de si es propiamente una nación, del protagonismo del absolutismo, la Inquisición, la Restauración Borbónica, la Constitución del 78... todo ello con crítica mordaz y sin compasión. Un libro que como mínimo te resultará entretenido.
Esta novela continúa con la historia que se inicia en Un pueblo perdido, el segundo libro de la saga. La lucha contra los mercaderes, que son dueños de todos los recursos en la mayor parte de la Tierra Conocida, adquiere características de revolución. Esta vez, el pueblo logra una unión para reclamar sus derechos y libertades.
La tarea de encontrar a los mercaderes cada vez resulta más complicada. El tiempo apremia y los obstáculos se multiplican. Además, ¿realmente atraparlos cambiaría la vida de la gente que vive en la miseria debido al sistema que estos han creado?Mientras tanto, el centro de Brarbandir comienza a agitarse. Los rebeldes sorprenden a todo el país al dar un golpe decisivo para el futuro, demostrando que cada vez son más, que sus ideales hacen eco en las mentes de sus vecinos y que una gran parte del pueblo los apoya, amenazando el dominio y el terror impuesto por los mercaderes desde hace décadas. Sin embargo, el rey cuenta con la ayuda de las grandes potencias de Mirthad. Pronto el conflicto se expandirá e, inmersos en la revolución, los personajes verán amenazados sus ideales; surgirán tensiones, cada uno pugnando por que la lucha no deje de lado sus principios, lo que hará que el verdadero reto sea permanecer unidos en una situación que requiere mucho de cada uno.
Arkaitz León nos hace adentrarnos en un mundo de fantasía que, sin embargo, se parece tanto al nuestro que nos dará qué pensar. Novela de aventuras en la que se trata la problemática del reparto de tierras cultivables en la Tierra, cómo unos pocos comerciantes se apoderan de ellas y cómo afecta a los campesinos locales.
Mirthad, la Tierra Conocida, es un mundo poblado por humanos, elfos y otras curiosas criaturas. Cuando súbitamente aparece un elfo con extraños poderes en el territorio de los humanos, nadie espera que los acontecimientos se estén acelerando hacia un suceso que está cambiando por completo la vida de millones de personas. Los comerciantes más poderosos están adueñándose de todos los recursos, dejando a mucha gente en la miseria y devastando la tierra, y son capaces de cualquier cosa con tal de obtener más beneficios. Magia, aventuras y mucho más en este mundo que nos será familiar.
Las tierras en juego es el volumen que inicia la saga Relatos de Mirthad, a modo de precuela de la historia que narrarán los siguientes tres libros. Puede leerse de manera independiente al resto de libros.
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